La verdad sobre las 13 calaveras de cristal
Con frecuencia pensamos que nuestra civilización es la más avanzada de todas cuantas se han sucedido en el transcurso de los siglos. Creemos estar en la “cima de la evolución”.¿Pero conocemos verdaderamente los pueblos que nos han precedido, esos ancestros que consideramos “primitivos”?Varias civilizaciones antiguas vienen a contradecir nuestras creencias. De hecho, parece que estas han dominado técnicas inconcebibles para su época, y que no corresponden en absoluto a la imagen que tenemos de ellas. Es el caso de la civilización Maya, localizada en América Central.¿Eran esos ancestros más evolucionados de lo que creemos?
Veamos lo que nos desvela uno de los misterios más inquietante vinculado a una civilización antigua: el Misterio de las “calaveras de cristal”.
¿Qué son los cráneos de cristal?
Su historia comienza en 1927 en
Honduras, en Lubaantun (que en la lengua maya significa “lugar de las
piedras caídas”), cuando un explorador inglés, de nombre Frederick Albert Mitchell-Hedges efectuó
excavaciones en un antiguo templo Maya. Hedges no era un verdadero
arqueólogo, sino más bien un apasionado por las civilizaciones antiguas,
un investigador infatigable y un amante de las grandes aventuras.
Su hija adoptiva Anna, de 17 años de
edad le acompañaba y dado que ese día era su cumpleaños, se le concedió
la autorización excepcional de participar en los trabajos.
Es ella quien, al pie del templo, encuentra ese día un extraño objeto: un cráneo de cristal de roca.
Mitchell-Hedges y su equipo observan de
inmediato que el objeto imita a la perfección la forma del cráneo
humano, con ciertos detalles anatómicos muy impresionantes. El realismo
es tal que esta pieza de cristal inquieta a los investigadores.
¿Cómo era posible que, artesanos que
habían vivido hacía miles de años y que no disponían más que de
herramientas rudimentarias habían podido labrar este objeto con una
precisión milimétrica?
Un primer cráneo de cristal con detalles impresionantes
Este objeto mide 13 cm. de alto y pesa más de 5 kg. Ha sido tallado de un sólo bloque de cristal de roca de una pureza absoluta.
Este es un detalle por lo menos
impresionante, porque el cristal es una materia difícil de trabajar,
incluso con herramientas modernas.
Para que se haga una idea, en la escala
de dureza de los minerales, el cristal de roca posee un grado de dureza
de 7. El diamante, un grado de dureza de 10.
Cualquiera que quisiera tallar un
cristal tendría por tanto necesidad o bien de un cristal más duro, o
bien de una herramienta de diamante.
Además, incluso si se consiguiese hacer
tallas toscas en el cristal, sin las herramientas adecuadas, sería
imposible representar los detalles de una calavera (los ángulos, las aristas y los contornos, etc.).
La complejidad de este objeto es verdaderamente increíble. Para empezar, sus contornos y sus rasgos han sido perfectamente ejecutados, sin el menor defecto. Pero eso no es todo.
La complejidad de este objeto es verdaderamente increíble. Para empezar, sus contornos y sus rasgos han sido perfectamente ejecutados, sin el menor defecto. Pero eso no es todo.
Varios prismas están disimulados en su base y varias lentes están
ocultas en las órbitas. Prismas y lentes, he aquí nociones bien
conocidas por los ópticos y por los investigadores en física, que
estudian los efectos de la luz.
Combinando estos dos elementos, una luz cegadora se produce, como si brotara del interior del cráneo.
La luz interior de las calaveras ¿Será por pura casualidad?
Es bastante
difícil de creer. ¿Pero entonces, significa esto que los antiguos Mayas
tenían conocimientos de óptica tan avanzados que eran capaces de crear
deliberadamente este efecto óptico?
Sin disponer de las herramientas modernas para tallar el cristal, ¿cómo habían podido ser tan precisos en la fabricación? Sigue siendo un misterio.
Numerosos científicos han examinado esta cuestión, en diferentes países del mundo. He aquí cómo el Dr. Diestelberger, especialista en historia del arte en Viena, formula su conclusión tras el examen del cráneo: “Si se excluye la intervención de fuerzas sobrenaturales, los Mayas han debido fabricar su cráneo en cristal puliéndolo manualmente. Un trabajo inimaginable que habría durado siglos”.
Sin disponer de las herramientas modernas para tallar el cristal, ¿cómo habían podido ser tan precisos en la fabricación? Sigue siendo un misterio.
Numerosos científicos han examinado esta cuestión, en diferentes países del mundo. He aquí cómo el Dr. Diestelberger, especialista en historia del arte en Viena, formula su conclusión tras el examen del cráneo: “Si se excluye la intervención de fuerzas sobrenaturales, los Mayas han debido fabricar su cráneo en cristal puliéndolo manualmente. Un trabajo inimaginable que habría durado siglos”.
De hecho, según sus cálculos, habrían sido necesarias 7 millones de horas de trabajo para
alcanzar esa perfección de fabricación. Contando con jornadas de
trabajo de 12 horas, esta obra habría necesitado no menos de… 1600 años.
¡Ningún científico contemporáneo ha podido explicar la fabricación de este objeto!
¡Ningún científico contemporáneo ha podido explicar la fabricación de este objeto!
Calaveras talladas: Verdadero objeto de veneración
Este cráneo fabricado en cristal de cuarzo macizo lleva igualmente el nombre de “Cráneo del destino funesto”,
nombre dado por aquél que lo había revelado al mundo, el británico
Hedges. Según él, este objeto está investido del poder sobrenatural de
los antiguos sacerdotes Maya y si se hace un sortilegio a alguien
sirviéndose del cráneo, la muerte resulta inevitable.
Lo que es seguro, es que este cráneo
está rodeado de un aura mística. Este podría tener vinculación con las
propiedades llamadas “piezoeléctricas” del cristal.
Este es un fenómeno bastante conocido en
física: si usted ejerce una presión suficientemente fuerte sobre el
cristal de cuarzo, este se “polariza”. Esto quiere decir que en el interior de los átomos, los electrones se desplazan y el cristal genera un campo eléctrico.
En la naturaleza, hay varios materiales
que poseen esta propiedad, por ejemplo el topacio, la turmalina o
algunas cerámicas de estructura cristalina.
Pero en el caso del cráneo de cristal,
algunos investigadores afirman que se trata de algo más que de un
fenómeno físico: no solamente el cráneo tendría un campo eléctrico, sino
que podría almacenar consciencia.
Esta sería una característica fabulosa, que podría explicar las demás propiedades mágicas o “paranormales” que se le atribuyen.
Entre ellas:
– El “Cráneo del destino funesto” tendría la capacidad de predecir las catástrofes naturales.
Según Anna Hedges, que ha guardado toda su vida el cráneo en su
posesión, este objeto se ponía a supurar ante la proximidad de una gran
catástrofe natural.
– En la cercanía del cráneo, cualquier persona estaría en grado de detectar su carga eléctrica y una especie de aura poderosa. El objeto sería capaz de suscitar toda una gama de sensaciones que varían de una persona a otra.
– En el entorno de Anna Hedges, el
hecho de tocar el cráneo era descrito como una verdadera experiencia que
podría resumirse así: cuando usted toca el cráneo, se establece una conexión muy fuerte, como
una especie de “circuito”. Por su pensamiento, usted comunica al cráneo
sus problemáticas o sus temores y a cambio, él le comunica la
información que necesita conocer y que sentirá después bajo forma de
intuiciones.
Claro está, numerosos médiums y
especialistas han solicitado examinar este objeto en el transcurso del
tiempo. Mientras que algunos se muestran escépticos, otros afirman haber
captado cierta información preciosa a través del cristal.
He aquí cómo un explorador de los
cráneos de cristal llamado Joshua Shapiro describe su experiencia con el
“Cráneo del destino funesto”:
“Cuando he tocado el cráneo de
cristal, he sentido inmediatamente como una descarga en mi cuerpo. Ha
sido como si yo fuese sacudido por un temblor de tierra, pero desde el
interior.”
Este apasionado de los cráneos de
cristal afirma haber notado un verdadero poder sobrenatural. Para él,
este objeto es como un ordenador antiguo con increíble información
codificada en el interior, un ordenador que graba todo lo que ocurre a
su alrededor.
Joshua Shapiro declara haber visto
“imágenes holográficas” en el interior del cráneo. Esas imágenes estaban
compuestas de diferentes colores, de luces, de sonidos, de música y
reaccionaban a la energía humana.
Lo que es seguro es que, desde su
descubrimiento, este “Cráneo del destino funesto” ha suscitado un
verdadero movimiento de veneración a través del mundo. Para los adeptos
de este objeto misterioso, sus poderes mágicos no dejan lugar a dudas.
13 cráneos rodeados de misterio
Desde el descubrimiento del primer
cráneo de cristal (el Cráneo de Hedges, o “Cráneo del destino funesto”),
se han encontrado otros 3 cráneos. En realidad, se trataría
probablemente de 4 cráneos, pero la autenticidad del último objeto no ha
sido todavía establecida de forma segura.
He aquí las otras calaveras de cristal conocidas en la actualidad:
• El cráneo que se llama “Cráneo de París”,
fabricado en cuarzo claro. Tiene prácticamente la misma transparencia
que el primero y pertenece actualmente a la colección del Museo del Quai
Branly, en París.
• El “Cráneo de Londres” que no es translúcido, sino opaco. Se presenta actualmente en el British Museum de Londres.
• El “Cráneo de Washington”,
que es el más pesado de todos, con un peso de 14 kg. Tampoco él tiene
la transparencia del primer cráneo, es turbio, casi opaco, Pertenece a
la colección del Smithsonian Institution de Washington.
Pese a que poseen propiedades similares, estos otros cráneos no están realizados con la misma precisión que el de Hedges.
Pero en todos los casos, su origen no ha
sido completamente aclarado y poco a poco, los expertos han tomado la
costumbre de hablar del “Misterio de los 13 Cráneos de cristal”.
De hecho, parece que los cráneos de
cristal sean en realidad 13, repartidos a través del mundo. Mientras que
el primer cráneo es de cristal puro, los otros habrían sido fabricados
igualmente en amatista o incluso en lapislázuli.
El número 13 no es fruto del azar. Es un número simbólico, muy poderoso.
El número 13 no es fruto del azar. Es un número simbólico, muy poderoso.
Para algunos, el 13 posee una connotación negativa. Puede ser un signo de mala suerte, o incluso puede anunciar un final.
Para otros, este número está simplemente
vinculado a la “muerte iniciática” (como es el caso por ejemplo de la
carta 13 del Tarot que se denomina la Muerte o Sin-Nombre): ella forma
parte de un ritual iniciático y representa el paso hacia una etapa de
evolución superior.
Sea como sea, los 13 cráneos parecen haber sido creados para actuar juntos.
Según una muy vieja leyenda amerindia, los 13 cráneos serían capaces de hablar, de cantar y tendrían igualmente propiedades terapéuticas. De este modo, habrían sido utilizados para curar enfermedades.
Según una muy vieja leyenda amerindia, los 13 cráneos serían capaces de hablar, de cantar y tendrían igualmente propiedades terapéuticas. De este modo, habrían sido utilizados para curar enfermedades.
Pero eso no es todo.
La leyenda cuenta además que un día estos cráneos serán reunidos nuevamente. Cuando legue ese momento y los 12 cráneos estén dispuestos en círculo, el 13º -que recoge el conocimiento secreto supremo – estará colocado en el centro y permitirá desvelar los misterios más profundos sobre el origen de la vida y del universo.
La leyenda cuenta además que un día estos cráneos serán reunidos nuevamente. Cuando legue ese momento y los 12 cráneos estén dispuestos en círculo, el 13º -que recoge el conocimiento secreto supremo – estará colocado en el centro y permitirá desvelar los misterios más profundos sobre el origen de la vida y del universo.
Por tanto, los cráneos de cristal
contendrían información precisa sobre los orígenes de la humanidad, su
historia y su destino. Los Mayas habrían sido los guardianes de este
conocimiento sagrado, a la espera del momento en el que toda esta
sabiduría pueda ser revelada al mundo entero.
Según la tradición, en el principio de los tiempos existían 12 mundos donde
la vida humana estaba presente: 12 planetas entre los cuales la Tierra,
que era llamada “el planeta de los niños”. Los otros 11 mundos, más
evolucionados que la Tierra habían reunido sus conocimientos en una
especie de “ordenador”, o gran “banco de datos”: los cráneos de cristal.
Estos objetos habrían sido llevados a la
Tierra y confiados a los diferentes pueblos, a fin de hacer evolucionar
la civilización humana. Pero los hombres habrían hecho un mal uso de
los cráneos que no solamente tenían propiedades terapéuticas, sino
además magnéticas y de transmisión de pensamiento humano (lo que se
podría denominar hoy propiedades telepáticas).
Los cráneos fueron pues separados y
dispersados a través del mundo, ya que su poder colectivo era demasiado
importante y los hombres no estaban todavía preparados para utilizarlos
con sabiduría.
Esos 13 cráneos de cristal serían pues los portadores de un mensaje de verdad, capaz de cambiar el mundo.
Ellos forman parte de la gran profecía Maya que concierne a la evolución de toda la humanidad entera. En esa profecía, se trata de un gran cambio en el conocimiento humano, así como de un paso hacia una época de gran espiritualidad, hacia la “edad de la luz”.
Cuando llegue el momento, el gran poder
de los cráneos de cristal será por fin revelado, porque los hombres
tendrán finalmente la sabiduría de utilizarlos para crear una nueva
energía, una energía positiva, constructiva. Estos cráneos esperan
simplemente a que los hombres estén preparados para crear la paz en el
mundo.
Pero para la mayor parte de la gente, la profecía Maya no es hoy más que una simple leyenda.
En cuanto a la utilización concreta de
estos objetos de cristal en la época en la que han sido fabricados, los
investigadores han formulado varias hipótesis.
Los cráneos de cristal y su misión oculta
Hoy sabemos que los Mayas se
interrogaban mucho sobre la vida, la muerte, los dioses, las estrellas y
la existencia de los hombres sobre la Tierra. Tenían una vida
espiritual rica, que ellos manifestaban a través de numerosas
ceremonias.
• Conmemoración de los ancestros desconocidos
Una de estas ceremonias llevaba el nombre de “ritual del fuego”.
Este rito consistía en: los cráneos de
cristal (aquellos que conocemos hoy, pero probablemente otros más) eran
utilizados para encender el fuego en ciertas zonas sagradas. El
objetivo de esa ceremonia era invocar a los ancestros y rendirles culto.
De hecho, el Cráneo de cristal de Hedges
posee esta sorprendente particularidad: Cuando la parte superior del
cráneo es atravesada por un rayo de sol, este rayo es canalizado hacia
el interior del cráneo y vuelve a salir por su boca después de haber
sufrido una transformación.
El rayo desmultiplica así su potencia y
puede ser orientado en la dirección deseada, a fin de encender un fuego y
quizás provocar un incendio importante. Hoy, se podría comparar este
rayo altamente incendiario a un rayo láser.
Se trata aquí de un fenómeno físico
absolutamente real: la refracción de la luz a través de los minerales.
Obviamente, podemos suponer que los Mayas conocían este fenómeno. Pero
eso no explica cómo han conseguido la técnica de realizar estos objetos
en cristal de una tal perfección.
Además, otro elemento se añade al misterio: parece ser que los ancestros agasajados en el curso de ese ritual no eran… Mayas.
Estos seres eran descritos por el
contrario como “seres venidos de otra parte”, como entidades
pertenecientes a una dimensión superior. Habrían llegado a través del
aire, y descendían directamente de las constelaciones de Sirius y Orión.
Hoy, algunos no dudan en hablar de
civilizaciones extraterrestres que habrían visitado la Tierra en la
época de los Mayas. Pero, evidentemente, esto es sólo una teoría, que no
ha sido demostrada jamás.
• Herramienta para una transformación individual
• Herramienta para una transformación individual
En la civilizaciones llamadas
“precolombinas”, de las que forma parte la civilización Maya, así como
numerosas otras culturas antiguas, el cráneo era la representación de
una transformación interior.
En la Grecia antigua, por ejemplo, el
cráneo era el símbolo del renacimiento del hombre que, después de haber
renunciado a las ilusiones del mundo material, se separaba de él.
Aceptaba crecer, morir y se abandonaba a un “viaje interior” que le
conducía al descubrimiento de sí mismo.
Esta es por otra parte la razón por la cual la entrada del santuario de Delfos en Grecia lleva la inscripción “Conócete a ti mismo” : una afirmación que nos incita a explorar nuestra riqueza interior, a tomar consciencia de nuestro verdadero “yo”.
De la misma forma, los Mayas, creadores de estos cráneos de cristal habrían podido utilizarlos en el curso de algunos rituales iniciáticos. En
las órbitas, los reflejos y fulgores misteriosos producen un efecto de
lo más cautivador. Los cráneos habrían podido acompañar a los jóvenes
Mayas en su camino hacia una transformación interior. Nosotros no
conocemos los detalles de esos rituales iniciáticos, pero estos objetos
parecen ser en efecto herramientas muy propicias para la introspección.
Incluso hoy en día, las personas que
poseen los cráneos de cristal afirman que estos favorecen la meditación,
la relajación y el viaje interior.
Desde su descubrimiento, los cráneos de cristal han
cautivado nuestra mente. Todavía no tenemos todas las respuestas en
cuanto a su origen y su fabricación tan cercana a la perfección. No
sabemos con certeza para qué han sido concebidos, ni por quién.
Pero nos rinden ciertamente un gran
servicio, porque nos impulsan a plantearnos preguntas, cada vez más
preguntas que quizás nos conducirán un día a conocer ciertas verdades
preciosas sobre nuestra historia y nuestra evolución.
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